EL ZORRO Y LA JOVEN
En una comunidad muy lejana vivía una joven con sus padres,
ella pasteaba las ovejas de la familia, también las cuidaba de noche por
cuidarlas no dormía en su cuarto, sino en una chocita que había en el corral.
Un muchacho delgado con un traje naranja con una tela fina,
con unos ojos azules llegaba a visitarla todas las noches, primero como amigo,
después como enamorado, los padres no sabían de estas andanzas de su hija. El
muchacho no quería que ella les avisara.
-Yo quiero vivir siempre contigo, pero a ocultas- le decía
el joven.
Y siguió visitándola de noche, sólo de noche.
Un día conversando
con sus padres la muchacha les habló del joven
-Esta noche iré a conocerlo- Le dijo su padre.
El padre se presentó en la choza.
-Solo estoy acompañando a mi hermanita –le mintió el joven,
invitándole un poco de coca.
Cuando el padre recibió la coca, el joven se animó a
decirle:
-Señor, la verdad es que estoy enamorado de su hija
Si es así, vamos a hablar pues: ¿tienes padre y madre?
-No dijo el joven soy huérfano.
-¿tienes ganado? Siguió preguntando el padre.
Muchos ganados me lo pastean varias gentes, en varios
lugares.
-¿tienes casa?
Casa más bien no tengo, paso mi vida en una casa y en otra,
de mis amigos.
El padre estaba satisfecho con el joven y dio su
consentimiento para que viva con su hija.
Después de algún tiempo, el mismo los casaría, el joven se
portaba bien pero era un poco extraño se iba a trabajar siempre a medianoche y
al amanecer volvía arreando ovejas, decía que estaba juntando las ovejas que
tenia encargadas y se veía que tenía bastantes, porque ya casi ni entraban en
el corral de su novia.
Los padres empezaron
los preparativos para la boda, buscaron padrinos con el cura.
El día del matrimonio empezaron a tocar las campanas de la iglesia. El joven
asustado con ese ruido, le dijo a su novia:
-Haz callar ese burro viejo, que no grite, le tengo miedo
como al diablo.
-No es ningún burro viejo- lo calmó al joven, son las
campanas que están llamando a la gente para que vengan a vernos.
Pero toda la ceremonia el joven estuvo asustado después de
la boda fueron a la casa de la novia allí bailaron toda la noche al amanecer
llegaron otros invitados, vinieron reventando mas cohetes, como era de
costumbre, el joven se acercó a la muchacha y muy asustado le dijo:
Diles que no revienten cohetes, me da mucho miedo ese ruido
La muchacha, que estaba muy alegre, le dijo:
-Déjalos los cohetes son para celebrarnos.
Pero el joven estaba temblando y cuando los invitados
reventaron mas cohetes ya no pudo resistir: saltó por encima de la mesa los
invitados vieron como en el aire el joven se transformaba en zorro y huía
perseguido por los perros, su ropa en la silla.
-¡Que desgracia
estoy viendo! –gritó el padre de la joven.
-Debiste averiguar bien con quién casabas a tu hija
-Le dijeron los invitados -¡Como no te diste cuenta que ese
joven era un zorro!
Después ya mas calmado el padre dijo:
-Si ahora se presentara alguien un viejo con ese yo casaría
a mi hija.
Y da la casualidad
que por el camino pasaba un joven viajero con su atado, el padre lo llamó
-Joven- le dijo- mi hija estaba en matrimonio y se ha visto
burlada, vive tu con ella se hijo de esta casa.
La joven era bonita, el viajero la miro y acepto vivir con
ella, la fiesta volvió a animarse y continuó hasta el anochecer pero desde
entonces todas las noches el zorro regresaba a sacar las ovejas que había
traído antes, cada noche se llevaba dos a tres, pusieron perros pero siempre
desaparecían las ovejas dos a tres, cada noche.
FIN